Aparte de su faceta frívola y despreocupada, que tanto divirtió a los espectadores de ‘Alaska&Mario’, o de su carácter polémico (cuando afirmó que Esperanza Aguirre era la mejor política de este país)el líder de las Nancys Rubias es un compañero atento y tierno y un gran profesional entregado totalmente a su trabajo. Cada día son más las fiestas que cuentan con este pinchadiscos y sus colaboraciones con diversos medios.
Pero son sus queridas ‘Nancys’ las que ahora le traen de vuelta a Cádiz (toca esta noche en la sala Imagina), varios años después de su primer concierto en el Baluarte de la Candelaria durante Alcances. Todavía se acuerda:«Fue genial. Además, qué puedo decir de Cádiz, que es la tierra de Merche, una de mis mejores amigas y una genial compositora». Junto a Nancy O (su hermana Marta), Nancy Reagan (Miguel), Nancy Travesti (Juan Pedro) y él, Nancy Anoréxica, forman un grupo «marciano» sin demasiadas pretensiones, solo pasarlo bien sobre el escenario montados en sus taconazos y con una estética glam. «No queremos engañar a nadie, solo decimos lo que pensamos y no por provocar, sino por sinceridad. A quien le guste bien y si no, no pasa nada».
Su principal arma es el show que montan en cada concierto y unas letras compuestas por Nacho Canut, mitad de Fangoria. Eso sí, ninguno de ellos toca ningún instrumento, solo lo simulan. Pero no engañan a nadie, porque es algo de sobra conocido. «Nunca he querido aprender a tocar, tengo muchas cosas que hacer. De todas formas, todo el mundo puede hacerlo, es cuestión de práctica». El espíritu de las Nancys pone de manifiesto una postura para algunos incómoda. No es preciso tocar, cantar bien o incluso componer sus propias letras para ser un artista, es más una cuestión de actitud y carisma. Aun así, Vaquerizo asegura que para ellos es un mero divertimento entre amigos, que se acabará cuando alguno quiera dejar el grupo. «Cuando murió Susie nos preguntaron si íbamos a sustituirla en la banda, pero ella era insustituible».
Su último disco se titula ‘Ahora o nunca’ y aunque en su día dijeron que se referían a que ahora, después del eco mediático del programa de MTV, si no triunfaban lo dejarían, Mario lo niega tajantemente. Según él, ahora es el momento para «hacer lo que queramos, para ser positivos ante la vida, para reírnos de nosotros mismos, no quejarnos tanto...». Esa son sus máximas.
Malos famosos
En cuanto a la etiqueta de ‘hombre de moda’ que le han puesto en muchas ocasiones, se defiende diciendo que eso no le interesa, aunque «siempre es más agradable que te digan guapo que no, si me preocupara demasiado por eso no sería sano», sentencia. Lo que sí que odia es a las celebridades que se quejan de la fama. «Me parece un discurso absurdo y estúpido, me parece fatal esas personas que se quejan de que son famosos pero luego se benefician de ello. Para mí la fama solo tiene cosas buenas y creo que hay que ser profesional hasta para ser famoso».
Sobre el episodio de ‘acoso’ que sufrió por parte de Amaia Montero en uno de sus conciertos aclara que «esa historia se sobredimensionó. Ella solo tuvo una mala noche, estaba un poco torpe y ya está». Eso sí, a él no le suele acosar nadie. «No soy ningún hombre cañón como Dani Martín», bromea. A pesar de eso, se reconoce que se siente muy querido, a juzgar por los elogios y piropos que recibe cada día por la calle.
Como pinchadiscos triunfa cada noche en una fiesta distinta, al igual que su esposa. La canción que nunca falta en sus sesiones es una versión de ‘Call me’ de Blondie de un grupo punk italiano del que no recuerda el nombre. «Si supiera más inglés recordaría más nombres y canciones», se ríe. Yes que en el programa de MTVse pudo ver su poca habilidad con los idiomas, y mira que lo intentaba. «El inglés se me va a resistir siempre. Creo que con cierta edad ya es muy difícil aprender bien los idiomas, a no ser que te marches al extranjero», asegura.
En cuanto al show que ofrecerán esta noche en la Sala Imagina, estará repleto de sus temas más populares como ‘Nancys rubias’, ‘Sálvame’ o ‘Maquíllate’, además de cuatro canciones nuevas. «Solemos improvisar poco», bromea. Eso sí, las Nancys son las mismas arriba y abajo del escenario. Pura naturalidad
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